Construida en el siglo VI por orden del emperador Justiniano. Santa Sofía es hoy considerado uno de los legados más importantes de la época bizantina, está considerada un obra cumbre de su arquitectura y en ella fueron coronados sus emperadores.
Desde 360 y hasta 1453 sirvió como la catedral ortodoxa bizantina de rito oriental de Constantinopla. Entre 1204 y 1261, Santa Sofía fue la iglesia del Papa. Después de la toma de Constantinopla por los otomanos en 1453, la basílica fue convertida en mezquita.
Hoy Santa Sofía es un museo que es visitado por millones de turistas cada año. El año pasado fue incluso la atracción turística más visitada de Turquía, con 3,8 millones de personas fue declarado Patrimonio de la Humanidad por UNESCO.
Una reconversión de Santa Sofía en mezquita podría tener un impacto en las relaciones entre Ankara y Atenas, ya tensas debido sobre todo a los desacuerdos sobre los yacimientos de gas en el Mediterráneo.
Según Reuters “A principios de esta semana, Turquía dijo que estaba conmocionada por una declaración del Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, instando a Erdogan a no seguir adelante con el plan.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia dijo el jueves 2 de julio, que la estructura del siglo VI, que sirvió durante nueve siglos como catedral cristiana antes de la conquista otomana de Constantinopla en 1453, debe permanecer abierta a todos”.
Florencia Demirdjian
Integrante Cátedra Armenia-UNR y GECAM-UNR
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