En estos días, el dilema moral de salvar a la economía o a los seres humanos se pone en la escena internacional una vez más. A finales del siglo 20 el mundo estaba próximo a entrar en la primera guerra mundial, el fin de la era imperial y la emergencia de los estados territoriales no terminó con el expansionismo y los proyectos transnacionales.
Desde la irrupción del Imperio Otomano en Asia menor, los pueblos conquistados fueron divididos según su etnia, religión y ocupación; judíos, armenios y griegos entre otras minorías.
Los armenios eran un pueblo originario en Anatolia y pasaron a ser considerados infieles tolerados, sometidos a excesos y arbitrariedades. Aun así pese a la opresión y servidumbre, los armenios fundaban escuelas de nivel inicial y medio, publicaban diarios. Las imprentas de Constantinopla y otras ciudades importantes de Turquía eran propiedad de los armenios e imprimían en turco obras destinadas a los turcos. El primer teatro lo fundó un armenio, la primera ópera la escribió un armenio, quien compuso la primer canción con notas musicales fue un armenio, el fundador de la primera escuela de arquitectura fue un armenio, 40 arquitectos armenios participaron de la occidentalización del rostro arquitectónico de Estambul durante el siglo XIX y principios del siglo XX. La famosa estructura en Estambul el Palacio Dolmabahçe, fue construida por los hermanos Balian.
La geografía es esencial para mantener la identidad de un pueblo, como lo es la cultura, el idioma y la religión. A Armenia esa geografía le fue usurpada en un 80%, siendo la ruta natural y obligada por la que han de transitar los pueblos asiáticos para pasar al Asia Menor y lanzarse sobre Europa. Quedando en evidencia la vital importancia de este país, desde el punto de vista de la política internacional.
Con la intención de salvar al imperio otomano en 1908 los ultranacionalistas turcos asumieron la denominación de Jóvenes Turcos, y se apoderaron del gobierno sacando al Sultán Abdul Hamid II del poder implantando un régimen nacionalista extremo. En 1909, organizaron, con finalidad ejemplificadora, la matanza de 30 mil armenios, luego se celebraron congresos secretos anuales en la ciudad de Salónica entre 1910-1911, de los que participaron intelectuales, religiosos, militares de alto grado y políticos progresistas en donde se elaboró el plan sistemático genocida.
El 15 de noviembre de 1914, Partido oficialista Jóvenes Turco había suspendido su anti-islamismo, eran ateos pero utilizaron el Islam como un instrumento aglutinante, y el fanatismo religioso como arma política, organizaron una concentración pública religiosa y el representante del Sultán Califa convocó a una Guerra Santa – Djihad y eliminar las minorías no musulmanas del Imperio Otomano.