En el camino hacia Armenia nos hemos encontrado con gente bella de
la Diáspora, que la lleva en su corazón y que nos brindó su apoyo y
calidez para llegar a Yereván.
Llevamos la integración como concepto rector, solidario, de tolerancia,
de diálogo, de paz, elemento imprescindible para la no discriminación
de persona alguna, la integración como proyecto de vida. Espíritu de
nuestro trabajo cotidiano.
Así recordamos a nuestro abuelo que lo perdió todo, menos su ternura
para con sus nietas y nietos y formó junto a nuestra abuela una bella
familia. Hoy tenemos más presente que nunca su mirada dulce y su
alegría, como cuando nos recibía en su casa, hoy, ese inmenso amor nos
llevó a Armenia.
La cultura Armenia es una de las más antiguas del mundo, iniciándose en
el tercer milenio antes de Cristo. Es el rasgo distintivo de este
pueblo y su bien más preciado, prueba de ello es la conservación de su
alfabeto e idioma propio: durante y después del Genocidio Armenio, las
madres armenias que pudieron sobrevivir en el desierto, enseñaban a sus
hijos el alfabeto escribiendo sobre la arena con el dedo. Hoy en día, el
99% de la población Armenia está alfabetizada.
La belleza de Armenia es indescriptible y tal vez más que un viaje exterior es un viaje interior como dice nuestro papá.
Los años han transcurrido, y hoy más que nunca los armenios de la
Diáspora tenemos el compromiso con la memoria y transmitir el inmenso
legado cultural de Armenia.
¡Juntos mantendremos viva a Armenia!.
Florencia y Sabrina Demirdjian
No hay comentarios:
Publicar un comentario